sábado, 12 de mayo de 2018

Frankenstein


Dibujo de Frankenstein hecho a lápiz en tamaño DIN A4. El monstruo de Frankenstein es un personaje de ficción que apareció por primera vez en la novela de Mary Shelley, Frankenstein o el moderno Prometeo. Se trata de un ser creado a partir de partes diversas de cadáveres diseccionados, al cual le es otorgada la vida por Víctor Frankenstein (su creador) durante un experimento. El personaje ha llegado a formar parte de la cultura popular y ha sido fuente para la creación de otros personajes de novelas, cómics, series televisivas y películas.

En la novela, el Monstruo aparece como una criatura humanoide de enorme estatura (dado que «la pequeñez de las partes constituía un gran obstáculo para la rapidez de mi trabajo», según palabras del propio Victor Frankenstein), de unos ocho pies de alto (2,44 m, aproximadamente). De forma premeditada, los detalles del proceso su creación se dejan imprecisos, aunque resulta implícito que su creador se valió de fragmentos de cadáveres procedentes de las salas de disección, patíbulos y mataderos. Éste lo describe en los siguientes términos:

«¡Cómo expresar mis emociones ante aquella catástrofe, ni describir al desdichado al que con tan infinitos trabajos y cuidados me había esforzado en formar! Sus miembros eran proporcionados, y había seleccionado unos rasgos hermosos para él. ¡Hermosos! ¡Dios mío!

»Su piel amarillenta apenas cubría la obra de músculos y arterias que quedaba debajo; el cabello era negro, suelto y abundante; los dientes tenían la blancura de la perla; pero estos detalles no hacían sino contrastar espantosamente con unos ojos aguanosos que parecían casi del mismo color que las órbitas blancuzcas que los alojaban, una piel apergaminada y unos labios estirados y negros. [...] ¡Ah! No había mortal capaz de soportar el horror de aquel semblante. Una momia a la que dotaran nuevamente de animación no podría ser tan espantosa como aquel desdichado.»

Casi inmediatamente después de nacer, es capaz de ponerse en pie, de caminar y de usar ropas: es pues, en contra de lo que habitualmente ha mostrado el cine, un ser bastante inteligente. Además es muy sensible y emocional, anhela la compañía y el afecto y su único objetivo es compartir su existencia con otro ser dotado de sentimientos, semejante a él. Es muy elocuente y articulado, llegando a hablar y a escribir con gran corrección en francés, y posiblemente también en alemán y en inglés. Admira la belleza, y su mayor placer es ver «las flores, los pájaros y todas las alegres galas del verano». Tiene inclinaciones pacíficas, y aunque conoce el uso de la carne, prefiere alimentarse de raíces, bayas y nueces que encuentra por el campo, siendo vegetariano. Le gusta leer, y varios de los libros que lee son El paraíso perdido de Milton (a cuyo héroe, Satán, admira, y con el que llega a compararse "debería ser tu Adán, pero soy tu ángel caído",​ le llega a decir a Frankenstein, y que de paso le sirve para comprender las nociones de creación y divinidad), Las desventuras del joven Werther, de Goethe (que también excita grandemente su admiración y le introduce en el mundo de las relaciones humanas) y Las vidas paralelas, de Plutarco (que le permiten llegar a conocer los hechos históricos más notables de la Antigüedad). Sin embargo, el continuo rechazo de que es objeto, lo hace convertirse en un ser solitario, amargado y vengativo. A pesar de eso, es continuamente atormentado por remordimientos, que lo diferencian de otros monstruos de la literatura gótica , como Drácula o el vampiro Lord Ruthven de Polidori, quienes jamás experimentan arrepentimiento. En ciertos aspectos, guarda un gran parecido con el arquetipo literario, frecuente en aquella época, del "buen salvaje", popularizado durante la Ilustración por Rousseau y otros escritores, quienes afirmaban que el hombre es bueno por naturaleza, y que es la sociedad la que lo pervierte.





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Caja palitos de helados

 Caja hecha con palitos de helados y cola, lleva un dibujo con oleo.